sábado, 4 de agosto de 2012

13. UN PARIA DIFERENTE

HISTORIAS DE UN SHUCUY
13.  UN PARIA DIFERENTE
Según mi poco entendimiento, la pobreza es un mal social que se presenta por el abandono del Estado, a las familias de la zona rural. De allí proviene mi origen… un provinciano pobre… un paria… un shucuy…
Según el diccionario, un paria, es la persona a quien se considera inferior y se le niega el trato y las ventajas que gozan las demás. En esta sociedad asfixiante y egoísta,  encajamos los pobres, los mendigos y vagabundos… para ellos, es malo buscar nuevas oportunidades de superación; por eso, tenemos que emigrar a otros lugares en busca de oportunidades.
Con motivo de las elecciones municipales, vuelvo a revivir en mis sentimientos, la condición de paria, porque los peruanos nos convertimos en seres mezquinos y despreciables con quienes no han nacido en el lugar en donde hay oportunidades de desarrollo humano.
En la costa, fui marginado por mi pobreza, por mis raíces andinas, del cual me siento orgulloso. Cómo despreciar lo hermoso y bello del mundo andino, el capulí, el cushuro, la trucha, la cancha,  el jamón, la cordillera blanca, el río Santa, el perfume de los eucaliptos, mi poncho y los cariños de mi aguicha Tomasa.
En la sierra, porque soy costeño, no sé hablar el quechua, ser aculturado, vestir diferente. Cómo despreciar lo hermoso de las campiñas, el mar, la ciruela, el níspero, la lúcuma, las paltas, uvas, las playas, la escuela, la ciudad… Todo lo abandoné para irme a la selva, esa selva enorme y misteriosa. Me fui para no volver, por no haber logrado insertarme en una sociedad discriminadora.
Hace treinta años vivo en la selva. Veinte años en Aucayacu, donde maduré como persona, dejé mi edad de piedra y reconstruí la imagen de un maestro que trasciende en el tiempo y aposté por el camino del ejemplo. Retomando las enseñanzas de mi madre, estudiando para buscar un espacio en esta selva humana para dejar de ser un paria.
Hace diez años que vivo en Tingo María, y cuando me presenté en la televisión para hacer un programa cultural, recibí expresiones negativas como: Es un profesor de Aucayacu, no es nadie, es un charlatán, es un vendedor de sebo de culebra. Es un costeño, no es que aquí, es un extraño. Es un serrano, que se cree la gran cosa porque ha estudiado, pero no tiene ningún título, es un fracasado.
De todo tuve que soportar a esta clase media de Tingo María. A pesar del desprecio, he sabido ganarme el respeto de padres de familia y comunidad en general. Es en Tingo María en donde pongo en práctica intensiva el Lifelong learning, que significa estudiar durante toda la vida. Gente que me hizo mucho daño por querer educar a partir de los valores. Pero, la grandeza del conocimiento supera y borra todo signo de desquite y revancha. He dejado ser un paria gracias a la educación, el trabajo y el ejemplo. Ahora, a modo de gran conquistador iniciaré un recorrido desde la selva a la sierra y a la costa a conquistar el derecho de ser peruano y dejar de ser un paria por sentimientos chauvinistas de gente mediocre. Y usted amigo lector ¿ha aprendido a valorar a las personas por su calidad humana sin importar su condición económica?

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